Un gil, que de profesión tiene “rascarse los huevos con el ítem más cómodo
que encuentre”, me acusó de estar muy al pedo por haberme recibido y no tener
laburo, porque se me dio por comentar que estuve leyendo la columna de
Pettinato en el suplemento espectáculos.
Digo yo, entregarle un revólver ponérselo sobre la sien y enseñarle a
gatillar, ¿es muy evidente de mi parte?
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